lunes, 12 de marzo de 2007

Destrozan 200 tumbas en un cementerio de Bahía Blanca

Un grupo de personas irrumpió esta madrugada en el cementerio municipal, ubicado a unos 3 kilómetros del centro de la ciudad, y atacó las tumbas. Entre los nichos violentados figura el del hijo de un jefe policial que fue asesinado junto a su novia en un campo de Coronel Suárez, en 2002.

Unas 200 tumbas fueron destrozadas esta madrugada por un número no identificado de personas en el cementerio municipal de la ciudad de Bahía Blanca. Entre los nichos atacados está el de un joven asesinado que era hijo de un comisario de la Bonaerense, y los medios locales no descartaron que el incidente haya estado vinculado a una interna policial.

El administrador del cementerio, Marcelo Caramelli informó que "se dañaron varias tumbas. Sacaron las partes de arriba y las patearon".

Entre los nichos violentados están los de Horacio Iglesia y Victoria Chiaradía, una pareja de novios asesinados en un campo de Coronel Suárez que conmocionó a Bahía Blanca.

Horacio era hijo de un ex jefe policial, y fue baleado junto su pareja Victoria en la madrugada del 27 de agosto de 2000, en un camino ubicado a seis kilómetros de General La Madrid.

Los familiares de las víctimas comenzaron una investigación paralela. El padre de Horacio era comisario y segundo jefe de la Departamental de Trenque Lauquen, que poco después del crimen no se cansó de viajar a la zona donde aparecieron los cuerpos.

Incluso, los familiares de los jóvenes sospechaban de la participación de algún policía. Chiaradía e Iglesia tenían 19 años y vivían en Bahía Blanca. La noche de los homicidios se encontraron para ir al cine en el auto del joven, un Chevrolet Corsa. Pero no llegaron.

Fueron secuestrados, se cree que por dos personas. Cerca de las 4 de la mañana, el playero de una estación de servicio cargó gasoil en el Corsa. Después les contó a los investigadores que en el auto vio a dos hombres y al joven, que estaba sentado en el asiento de atrás.

Se supone que a la chica la llevaban en el baúl. A las 5.20 -los investigadores estaban seguros que había sido bajo amenazas- Victoria llamó a su familia y explicó que estaban demorados porque tenían un problema mecánico con el auto. Fue el último contacto.

El coche, después, apareció abandonado a 250 kilómetros de Bahía Blanca. Y los cuerpos de los dos jóvenes fueron hallados a unos 133 kilómetros de la ciudad. Cada uno de las víctimas había recibido dos balazos calibre 22 en la cabeza.

Al principio se pensó en una venganza contra el padre del chico. A fines de 2000 fueron procesados tres sospechosos del doble crimen. Los tres estaban vinculados con la venta de repuestos para autos. Dos de ellos eran el dueño de un taller de Coronel Suárez y un comerciante de autopartes de Nueve de Julio. Fueron condenados en 2003.

De todas maneras, la madre de Horacio Iglesias sostenía que el doble homicidio estaba siendo encubierto por cuatro comisarios de esa zona que protegían a ladrones y gente especializada en hacer autos mellizos. Además, dijo en un momento que el entonces comisario general Angel Casafús desvíaba fondos destinados para la investigación del caso.

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