sábado, 10 de marzo de 2007

El Barça alcanza la final de la Copa del Rey de balonmano

El Barcelona se convirtió en el primer finalista de la trigésimo segunda edición de la Copa del Rey de balonmano al superar por 34-29 al CAI Aragón en un partido dominado desde el principio por el conjunto catalán ante un rival combativo pero que acusó su inferioridad técnica y menor resolución ofensiva que su rival.

Fue el Barcelona el que mandó en los primeros compases del choque con una ligera ventaja de dos goles, gracias sobre todo a la efectividad de Iker Romero, y aunque el conjunto aragonés logró situarse a un gol de su rival (5-4) pero el equipo de Xesco Espar reaccionó con rapidez y alcanzó el minuto diez de partido con una renta de cuatro goles (8-4).

Los rápidos contragolpes barcelonistas y la actuación de David Barrufet bajo palos propició el despegue del equipo catalán en el marcador, ahora con Juanín García como brazo ejecutor del CAI, al que le costaba mucho trabajo encontrar resquicio en la defensa rival.

Aunque en el ecuador de este primer tiempo la ventaja se había instalado entre los cuatro y cinco goles, el CAI logró frenar la escapada del Barcelona en el marcador, e incluso reducir la desventaja, con un ajuste defensivo y la resolución ofensiva del sueco Robert Arrhenius (17-14, m.26).

Así, al descanso se llegó con la ventaja más habitual de los primeros 30 minutos, de cuatro goles, después de que el CAI desaprovechase una ocasión para situar su desventaja en tan sólo dos tantos.

El Barcelona salió en la reanudación decidido a liquidar la semifinal por la vía rápida. De nuevo se sustentó en los mismos pilares que en el primer tiempo, con Barrufet colosal en la portería y Juanín resolviendo con acierto los contragolpes (23-16, m.35).

La salida en estampida de los jugadores de Espar motivó que el técnico del conjunto aragonés, Veroljub Kosovac, se viera obligado a pedir un tiempo muerto con sólo ocho minutos disputados pero un ya preocupante 25-18 en el marcador.

Aunque el CAI logró un 3-1 que le hizo albergar un ligera esperanza de remontar (26-21), este parcial fue simplemente fue un espejismo, ya que el Barcelona no se descompuso, y sin hacer un juego brillante, manejó el partido con soltura sin tener problema alguno para alcanzar la final (31-24, m.50).

La recta final del choque se convirtió en un intrascendente intercambio de goles, pero con un Barcelona muy cómodo con su colchón de cinco o seis goles y un CAI que dejó la Copa con la cabeza muy alta.
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