jueves, 29 de marzo de 2007

Zapatero invita a una ronda de cafés en el Congreso por 0,70 €

  • El presidente explica por qué fijó ese precio en la entrevista de TVE-1.

"¿Veis cómo son 0,70?" Con el recibo de la cafetería del Congreso en la mano, José Luis Rodríguez Zapatero demostró ayer que se puede tomar café al precio que él fijó la noche del martes en TVE-1. Aún sorprendido de que su afirmación de que esa consumición cuesta "en torno a 0,80" fuera la comidilla en el día de ayer, el presidente invitó a una ronda de cafés en las Cortes y comentó con los periodistas sus impresiones sobre la entrevista.Y es que los cafés por 0,80 existen, y en Madrid. Claro que en las cafeterías de los ministerios, la Moncloa, el Congreso y el Senado. Es decir, donde las concesionarias de los cátering pueden ofrecer precios inferiores al de mercado a cambio de saber que cuentan con clientela fija. Zapatero sostuvo que respondió al navarro Jesús Cerdán --que fue quien le preguntó si sabía lo que los españoles pagan por un café-- con el importe del último que él había pagado de su bolsillo hace un mes en el campo de fútbol de la Ponferradina. "Hay que tener en cuenta el nivel de vida de Navarra", dijo comprensivo con que a Cerdán le parecieran escasos sus 0,80 céntimos.Relajado, mucho más que en el programa, el presidente defendió el formato televisivo como un "ejemplo de democracia". "Una pequeña revolución", le pareció. Y confesó que aceptó la invitación de TVE-1 consciente de que marcaría "un antes y un después" en la relación de los políticos con las teles. "A ver quién se niega ahora a ir", bromeó el presidente, que auguró que en plena precampaña de municipales y autonómicas todos los candidatos rezarán para que se les invite a programas similares en las televisiones locales.El nuevo espacio lo vieron casi seis millones de espectadores de media. Zapatero a eso le ve mucho mérito y asegura que desmiente la afirmación de que a los españoles no les interesa la política. "Me perdí House", dijo sabedor de que competía con el popular doctor, del que se confesó seguidor. Él no vio el programa por motivos evidentes, pero procurará seguirlo cuando vaya Mariano Rajoy el próximo 16 de abril, que es lunes y no ponen House.

MEDIO DÍA DE PREPARACIÓN

Durante el café, lamentó la distancia a la que colocaron a sus entrevistadores, reconoció que acabó cansado tras dos horas concentrado en no fallar en ningún dato --dedicó medio día a prepararse los temas-- y agradeció el intermedio para relajarse, moverse y beber agua. Defendió la extensión de sus respuestas por la necesidad de explicar bien las cosas a los ciudadanos. A quienes le reprocharon haber estado demasiado institucional, les espetó: "Es que soy el presidente del Gobierno".Lo que más le sorprendió, el catalán que reclamó la vuelta de la República. La que menos, que nadie preguntara por las reformas estatutarias. Es un asunto que "no inquieta a la gente".Ayer pagó unos cuantos cafés para regocijo de los camareros del Congreso. Con billetes muy nuevos que sacó de su bolsillo. Dudó, pero dejó un euro de propina. Claro que había 20 pares de ojos de periodistas pendientes de lo que hacía.

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