
En la zona destinada para que los periodistas entrevisten a los jugadores al final del partido se mezclaron futbolistas, medios de comunicación, directivos y aficionados de ambos equipos.
El lío fue tan monumental que el autocar del Barça se iba hacia el aeropuerto dejando a Messi entre la muchedumbre.
Por fortuna, los mismos periodistas avisaron a los responsables del equipo del olvido.
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