La semana pasada, un grupo de mujeres coreanas que afirman haber sido explotadas sexualmente por tropas japonesas, rindió su testimonio ante el Congreso de los EE.UU., con el fin de conseguir una resolución que demande la compensación económica por los supuestos abusos cometidos.
Abe dijo que ninguno de estos testimonios representa una prueba sólida de que haya existido abuso contra prostitutas.
También añadió que Japón no irá más allá de la disculpa emitida en 1993, en la que el gobierno reconocía la instalación de burdeles para sus tropas durante la guerra.
Esclavas sexuales
Según algunos historiadores, Japón utilizó a cerca de 200,000 mujeres, la mayoría de ellas chinas y coreanas, como esclavas sexuales.
Sin embargo, académicos japoneses niegan que estas mujeres hayan sido obligadas por el ejército. En vez, culpan a contratistas privados por cualquier abuso cometido.
El primer ministro japonés coincidió con esta opinión y expresó que "no hay evidencia para probar que hubo coacción", y aunque admitió la posibilidad de que intermediarios independientes cometieron abusos, "no significa que la policía militar irrumpió en los hogares y se llevó a la gente como si fueran secuestradores".El primer ministro coreano, Song Min-soon, dijo que los comentarios de Shinzo Abe "no son de mucha ayuda", y que la verdad debe ser enfrentada.
Responsabilidad histórica
"Tengo que decir que incluso si esa resolución es aceptada, no significa que Japón pedirá disculpas", dijo el primer ministro Abe.
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