lunes, 5 de marzo de 2007

Los informes médicos desvelan que De Juana Chaos ha sufrido una cardiopatía y su estado continúa "muy grave"

La directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, rechazó hoy que la concesión del segundo grado al etarra Ignacio de Juana Chaos tras pasar más de cien días en huelga de hambre pueda producir un "efecto contagio" en las cárceles españolas y recordó que la muerte de un preso del GRAPO por estas circunstancias provocó "un efecto contrario" y 64 personas se pusieron en huelga de hambre "con consecuencias devastadoras".
En declaraciones a TVE-1, Gallizo pidió que no se especule con el efecto que la medida del Gobierno pueda tener en las prisiones porque, según explicó, "son sitios muy sensibles" en los que "hay que tener un gran sentido de la responsabilidad".
Así, tras indicar que en la actualidad la gente no opta por dejar de comer por razones políticas, recordó que dos miembros de los GRAPO fallecieron como consecuencia de sendas huelgas de hambre y aseguró que la muerte del segundo de ellos provocó que 64 simpatizantes siguieran su ejemplo y dejaran de comer "con consecuencias devastadoras para su salud y atentados"."Es una historia que no queremos que vuelva a reproducirse", subrayó.
En este sentido, reveló que los informes médicos realizados a De Juana desvelan que el preso etarra ha sufrido una cardiopatía, aunque se desconoce si es consecuencia del proceso de realimentación o por un proceso independiente.
Además, confirmó que su estado continúa siendo "muy grave" y dudó si será posible su plena recuperación. Gallizo recordó que De Juana no ha sido puesto en libertad, sino que está cumpliendo su pena en el hospital, y señaló que, una vez que esté recuperado, cumplirá el tiempo de condena pendiente "donde digan los médicos". "Esta persona está cumpliendo su condena, se le ha permitido un régimen de cumplimientos que le ayuden a recuperar su salud", aseveró.
Preguntada sobre las imágenes que mostraban al preso saliendo a pie de la ambulancia que le trasladó a un hospital del País Vasco, explicó que, debido al tumulto, el vehículo no pudo acceder al centro por la entrada por la que estaba previsto. Por ello, "hubo que ayudarle a bajar y por el forcejeo se le arrancó la sonda". "Tuvo que ser puesto en una silla de ruedas, en la imagen parecía que estaba de pie y había personas que decían que lo que decían los médicos era una exageración", argumentó.
La directora general de Instituciones Penitenciarias defendió así que el tratamiento que necesitaba el etarra era "de especial penosidad", que no puede ser dispensado en un centro penitenciario y reiteró su voluntad de que la condena no sea un obstáculo para ningún preso a la hora de recuperar su salud.
Para ella, es "muy importante" que nadie pueda utilizar ningún argumento "de que no sabemos poner los valores prioritarios por encima de todo lo demás".
Respecto al clima social generado por esta situación, Gallizo reconoció que "no esperaba" que se diese "una mezcla de asuntos diferentes y cierta manipulación", ya que, según recordó, De Juana ya cumplió su pena por los asesinatos y "ahora está en prisión por unos artículos 'amenazantes'".
En este sentido, aseguró que comprende el dolor de las víctimas pero defendió que el Estado "está por encima de eso". Recalcó que la Audiencia Nacional calificó como "prioritario" salvar la vida de De Juana y se preguntó por qué "se está haciendo una utilización tan impúdica de este caso cuando todo el mundo sabe que siempre se ha aplicado la ley".
Gallizo dijo no saber si ETA pidió al preso que abandonase la huelga de hambre pero sí subrayó que la inició "como acción individual al margen de sus compañeros de prisión" y lamentó que "se ha hecho de él un símbolo cuando era una persona marginalizada dentro del sistema". "Alguien que no era nadie le hemos llevado a la primera página de todos los periódicos", reiteró.