viernes, 30 de marzo de 2007

Millones de abejas desaparecen de forma enigmática en EEUU

• Los expertos alertan en el Congreso de un problema cuyas causas se desconocen
• La polinización de las cosechas genera 11.500 millones de euros al año en el país


Parece un caso de CSI o el preludio de una película de terror, pero es un problema real, grave y de tremendas repercusiones económicas. Al menos 24 estados de EEUU están afectados por el denominado "trastorno del colapso de colonias" (CCD en sus siglas en inglés), un mal cuyas causas se desconocen y que ha hecho desaparecer a miles de millones de abejas sin dejar rastro.Aunque los primeros síntomas del problema se empezaron a notar hace dos o tres años, en EEUU se disparó la alarma en octubre. Entonces, los apicultores empezaron a encontrar cada vez más colmenas vacías. En ellas quedaba alimento, lo que significaba que la abejas no habían muerto de hambre. No había cadáveres ni tampoco algunos de los insectos que suelen conquistar una colmena tras la muerte de sus pobladoras. En lo que supone un acuciante interrogante para los científicos, en las colmenas seguía la abeja reina y un reducido grupo de discípulas, pero la mayoría de las obreras las habían abandonado. Quizá, como las termitas cuando son rociadas con determinados pesticidas, perdieron la orientación y la capacidad de volver al hogar. Solo quizá.El CCD no es solo un puzle para biólogos, sino una crisis económica. Sin los insectos se dificulta la polinización, un proceso imprescindible para el cultivo de más de 90 cosechas, incluyendo almendra, uva, manzana, pepino y coliflor. En EEUU, la polinización crea un tercio de los alimentos de la dieta normal de un ciudadano (y, en concreto, la parte más sana de esa dieta). Y la crisis pone en peligro una industria de casi 11.500 millones de euros al año.

PUNTO DE INFLEXIÓN

La gravedad de la situación ha hecho que el tema llegue al Congreso, donde ayer se celebró una sesión informativa en el subcomité de Horticultura y Agricultura Orgánica de la Cámara de Representantes. Los expertos y afectados fueron allí tajantes a la hora de hablar de crisis. Y Caird Rexroad, uno de los administradores del Departamento de Agricultura, alertó de que el momento puede ser "un punto de inflexión".Según explicó Rexroad, las abejas han estado sometidas a un intenso estrés durante años: han sufrido las consecuencias de plagas de ácaros parásitos, sobre todo desde finales de la década de los 80; padecen estrés por los viajes a través del país que realizan para ser utilizadas en la polinización industrial; se enfrentan también a patógenos propios como virus y hongos y son debilitadas por la toxicidad de algunos pesticidas. Esos cuatro elementos se consideran fundamentales a la hora de explicar que se haya debilitado su sistema inmunológico, ya de por sí más débil que el de otros insectos.Por el subcomité del Congreso también pasó ayer James Doan, un apicultor de Nueva York afectado. Doan --que dijo que la crisis va mucho más allá de los problemas planteados por cambios climáticos que también han afectado a las abejas-- reclamó más dinero para la investigación inmediata, para un examen sostenido y para potenciales compensaciones a apicultores como él. También los representantes de la comunidad científica aseguraron que más estudios son imperativos si se quieren salvar abejas y cosechas.

No hay comentarios: